11 de Abril en el Museo del Presidio de Ushuaia
20:30 hs
www.festivaldeushuaia.com
Opera Lírica Multimedia (R)
Tierra del Fuego (El
Misterio del Origen) Op. 111
Música y Libreto: Mauricio
Annunziata
Kra: Nora Plaza, Soprano
Coój: David Basualdo, Tenor
Kenós: Ignacio Okita, Barítono
Temaukel: Gonzalo Castro, Bajo
Mauricio Annunziata, Piano
Dragana Polović, Computer Live
Federic Serafini, Dibujos
Arte y Realidad, Arte digital
Sinopsis:
Cuando Kenós, un enorme Gigante de treinta y ocho metros de altura pisó por primera vez la Tierra, en ella no había nada. Era inmensa, sin confín y sin Tiempo. Kenós, hijo del
Hacedor del Universo, Temaukel,
tenía la Misión de crear lo
que faltaba. Pero tanta soledad lo entristecía
y no lograba comenzar su labor. Temaukel acrecentó su poder y le dio un hermano gigante: Cóoj.
Juntos comenzaron a recorrer
por siglos la Tierra, colocando plantas y animales, montañas, nieves.
Kra, la Luna que todavía
vive en la superficie terrestre, sufría por la humillación que
tuvo de Kren, el Sol, y de los hombres. Mientras que antes las mujeres
dominaban el mundo, ahora se burlan de ellas.
El reencor de Kra hará que
sea temida por los seres de la Tierra. Nadando por las frías aguas, subirà al cielo, su nueva morada.
Las travesías de los gigantes hicieron
que Kenós se sintiera muy cansado,
decidendo poner fin a su vida y morir, pidiéndole a Cóoj de sepultarlo en el Sur. Al cabo de tres semanas
Kenós renace lleno de energías. Han descubierto que son inmortales.
Kra no pudo soportar
ese privilegio de los hombres, tiznada por el odio se divertirá burlándose del Sol. Cada mes aparece y desaparece, a veces gorda, a veces flaca, dejando
que el Sol en vano la persiga sin poder alcanzarla.
Cóoj, tras haber
vivido varias eternidades ya no deseaba volver
a nacer. Quería obtener un lugar junto a Temaukel. Pero se equivocaba. Eso lo lograban sólo
los Dioses, y a él sólo le correspondería
un sitio en la Tierra o entre las estrellas, siendo sólo una más de ellas.
Se apartó para llorar cubriendo la superficie de
hielos y glaciares. Esta fue su última
labor. Cóoj besó la roca y se sumergió para siempre en las aguas.